Cuando las hormigas se comen
al pájaro

En los últimos años hemos asistido a muchos cambios,
a situaciones inesperadas que han transformado
tanto el escenario personal como empresarial

Ante momentos de incertidumbre como estos, se definen a nuestro entender dos posturas principales y contrapuestas: la del que observa los cambios y decide moverse con ellos a su mismo compás de una manera fluida buscando nuevas soluciones y la de aquel que se ancla a tierra procurando la máxima firmeza posible, resistiendo en su modelo de siempre, en espera de que retornen las condiciones anteriores.

En algunas ocasiones la segunda postura permite la supervivencia por un tiempo, pero no separada de una lenta agonía y eso en caso de tener músculo financiero suficiente para apalancarse. Lo que raramente permite es la recuperación de la posición previa al cambio, porque esa situación ni existe ya, ni regresa.

innovacion cambio Proxium

Negar los cambios, no aceptarlos, deviene inevitablemente en errar o retrasar la toma de decisiones adaptativas y ni que decir tiene condena la posibilidad de desarrollar soluciones innovadoras. ¿Para que innovar si siempre lo hemos hecho así? Ese modo de actuar cuya mirada no se aparta del retrovisor es la entrada a la decadencia, a veces súbita y a veces lenta, pero segura. El cambio es la única constante en este mundo y por poco que a los humanos nos gusten los entornos de incertidumbre, esa es la realidad de nuestra experiencia de vida.

Ser humildes a la vez que espabilados ante estas situaciones da muy buenos resultados. Lo primero porque somos capaces de reconocer que no lo sabemos todo, no somos infalibles y por genial que haya resultado nuestro modo de conducir nuestra empresa hasta el momento, siempre se pueden aprender nuevas y mejores formas de hacer las cosas, y si es posible en entornos colaborativos sumando fuerzas con otros que nos aportan sus ideas y acompañan en el camino. Lo segundo porque hay que ser como los vigías, subirse a un palo alto y mirar bien por donde se abre una vereda en vez de esperar a que la solución llueva del cielo.

Os dejamos una pequeña historia para ilustrar el post. Desconocemos quién es al autor, pero en PROXIUM nos hacemos eco de su fina visión. Apostamos por la humildad y por poner atención ante lo que los tiempos demandan de nosotros.

“Cuando un pájaro está vivo, se come a las hormigas.

Cuando el pájaro está muerto, son las hormigas las que se lo comen a él.

El tiempo y las circunstancias pueden cambiar en cualquier momento.

No subestimes a nadie.

Puede que hoy seas poderoso, pero el tiempo siempre es más poderoso que tú.”

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