Hace algunos años seleccionar una herramienta de gestión para una empresa no podía desvincularse de la cuestión de la migración de datos. Aunque hubiéramos encontrado el software perfecto, si no era posible migrar a ella los datos históricos, la cosa no prosperaba.

La migración de datos era una bestia maldita a la que se temía y que con frecuencia suponía enterrar horas de trabajo para lograr que los resultados del proceso fueran fiables. Era pues necesario reservar una partida relativamente importante del presupuesto del nuevo software para tal fin.
Afortunadamente hoy en día la perversión de la migración de datos es una situación superada, a pesar de ser aún una creencia fuertemente instalada en algunas empresas por haber sufrido por su causa en el pasado.
En la actualidad prácticamente cualquier aplicación permite exportar datos a Excel o realizar consultas contra su base de datos. Con este punto de partida es suficiente para realizar una migración de un modo seguro y preciso a otro sistema de gestión. En Proxium tenemos experiencia en esta cuestión y los resultados obtenidos así han resultado altamente satisfactorios.
Otra cosa es el trabajo de “casar” ambos sistemas. Con frecuencia el nuevo sistema de gestión es capaz de procesar más información y mejor estructurada por lo que habrá datos que la aplicación anterior no podrá proporcionar para alimentar la nueva. En este punto el trabajo de consultoría es fundamental para evaluar el mejor modo de completar estos “huecos” (valores fijos, valores calculados en base a históricos o proyecciones, promedios de datos sectoriales, otras estimaciones estadísticas, etc.)
Así pues las migraciones han perdido su carga negativa y su peso en el momento de tomar la decisión de cambio a un nuevo software prácticamente ha desaparecido.