No sabemos a ti, pero a nosotros no nos faltan amigos o conocidos que nos recomienden ir a jugar al golf, o que presuman de no trabajar por las tardes, o que nos insistan machaconamente en que busquemos tiempo para nosotros, para dedicarlo a aquello que más nos guste.
Y en esto de hacer lo que de verdad le apasiona a uno les damos por completo la razón, aunque nos planteamos ¿A alguno de ellos se le habrá pasado por la cabeza que nuestro trabajo es una de las cosas que más satisfacciones personales nos da? Oyendo sus recomendaciones, seguro que no. Está claro que no se dan cuenta de lo mucho que disfrutamos con lo que hacemos.

Esto nos lleva a plantearnos ¿Cómo son las jornadas laborales de aquellas personas que no disfrutan con lo que hacen? Sencillamente, un suplicio. Piénsalo, es una completa locura levantarse un día tras otro para dedicar lo mejor de ti a hacer algo que no te gusta. Entonces ¿Somos los que disfrutamos trabajando los que debemos cambiar? ¿O tal vez sea al revés? Es de entender que si vives tu trabajo como una cárcel quieras escapar con el hobbie de turno para ganar un poquito de maravillosa felicidad concentrada y ¿Luego qué? ¿De vuelta a la prisión? Nos parece que ese camino solo le pone maquillaje a la infelicidad.
Y claro que no todo en el trabajo es bonito, como en la vida, pero depende de ti decidir qué parte de la balanza quieres que pese más. Primero busca algo que a nivel laboral de verdad te guste hacer y, si no lo tienes aún, no te rindas. Después, en ese trabajo soñado o en el que desempeñes mientras lo encuentras, pon lo mejor de ti, la mejor actitud y entrégate al máximo a lo que haces, verás como eres más feliz trabajando. Ganas, entusiasmo, alegría, hay magia verdadera en aquello que se hace con intensidad.
En el equipo de PROXIUM tenemos suerte, amamos lo que hacemos. Nos ilusionamos con los retos que esperan que encontremos soluciones creativas, con la gente con la que colaboramos, nos llena de satisfacción ver los proyectos terminados y bien hechos. Pues sí, nosotros nos arremangamos y le ponemos a la tarea dedicación, concentración y entrega.
Y no es que estemos trabajando más horas que otros, de eso nada, lo que pasa es que se nos pasan mucho más rápido. Y, con seguridad, le dedicamos el mismo tiempo que ellos o más a la familia y los amigos. Eso sí, se lo quitamos al golf.