Que las mafias no acaben con tu negocio

Atento a los indicios
de actividades fraudulentas

Cualquier empresa que gestione un Depósito Fiscal de Bebidas Alcohólicas es consciente de la responsabilidad que esto conlleva y las garantías legales que debe cumplir al prestar sus servicios. Sin embargo hay una “variable” con la que seguro no va a contar y puede poner en jaque su negocio: es la actividad de mafias. Cada vez están más extendidas y utilizan este tipo de almacenes como plataforma desde la que orquestar sus operaciones tan irregulares como lucrativas.

Algo que hace unos años sonaba de vez en cuando en el sector como incidencia aislada, ahora parece que se está convirtiendo desafortunadamente en una práctica bastante habitual.

Las acciones que este tipo de mafias llevan a cabo son variadas, pero todas ellas tienen un punto en común: necesitan un Depósito Fiscal de Bebidas que envíe desde sus instalaciones mercancía en régimen suspensivo de Impuestos Especiales a otro Depósito, normalmente fuera de España. Por lo que vamos averiguando, de los casos de los que hemos tenido conocimiento, la mayor parte de estos Depósitos de destino se sitúan en países de centro Europa como Bélgica, Holanda o Dinamarca.

¿Cómo actúan estos grupos?  Nos llegan casos en los que el cliente suplanta la identidad de alguna empresa reconocida para que le “sirvan” una gran cantidad de productos en un CAE, que no existe (dan un número de identificación ficticio), o bien proporcionan datos de un CAE real pero sustituyendo su dirección verdadera por otra. El CAE de origen emite un ARC que acompaña a la mercancía, pero que nunca se “mata” en el CAE de destino, ya que el “cliente”, responsable normalmente del transporte, indica otro destino para  la mercancía desviándola así hacia la localización que le interesa.

La operativa se puede complicar más, ya que muchas veces el CAE de origen exige al cliente que deposite una garantía hasta que el ARC se “mate” en el CAE de destino, y en muchas ocasiones esta condición se cumple satisfactoriamente sin que pueda detectarse a priori la actuación fraudulenta que hay detrás ¿Cómo lo consiguen? Bien a través de un empleado en el CAE de destino que a cambio de una “propina” “mata” ese CAE sin que la mercancía haya llegado, o como nos comenta algún operador, hackeando directamente la aplicación informática del CAE de destino, por lo que una vez “matado” ese ARC, el cliente recupera su garantía y redirige la mercancía a otros países o mercados.

Por las conversaciones que hemos tenido con diferentes autoridades aduaneras, hemos constatado que también se producen estafas  en las que el lugar de destino de la mercancía es nuestro país. Se han detectado en España Depósitos Fiscales abiertos ad-hoc, para recepcionar ARCs y tributar el impuesto en nuestro territorio, mientras que la mercancía tomaba rumbo a mercados como el británico en el que los Impuestos Especiales que le serían aplicables son sensiblemente superiores.

Es cierto que no siempre es fácil escapar a estas elaboradas tramas, pero en la medida en que los Depósitos Fiscales son muchas veces los responsables de que el Impuesto Especial llegue a cobrarse, tomar algunas medidas de precaución al respeto, relativamente sencillas, puede ayudar a prevenir este tipo de actuaciones. Te indicamos varias a continuación:

  • Haz un análisis previo del cliente con el que vas a trabajar, sus representantes legales, y cualquier dato que ratifique su existencia real y solvencia.
  • Asegúrate de que el CAE de destino existe.
  • Confirma que la dirección de entrega se corresponde con el CAE. Google Maps puede ayudarte a echar un vistazo a la dirección.
  • En la medida de lo posible, encárgate de controlar el transporte, eso te asegura que cualquier re direccionamiento de la mercancía requerirá necesariamente tu aprobación.
  • Si no es así, revisa las matrículas que tu cliente te aporta para el transporte, ya que en algunos casos se ha comprobado que las matrículas son falsas y corresponden incluso a turismos.
  • Atento a lo que tienes vinculado a tu depósito.
  • También atento a que todos tus ARCs se “maten” en destino.
  • Da parte a la AEAT de cualquier comportamiento sospechoso por parte de tus clientes.

Sabemos que quienes quieren operar de esta manera lo intentan con diferentes Depósitos Fiscales, y acaban actuando con aquellos en los que las medidas de control son más laxas. Cuantas menos “facilidades” detecten al contactar contigo más posibilidades de que te descarten como objetivo.

Por eso es importante poner todos los medios a nuestro alcance para evitar que una operación que, en muchos casos supone un ingreso mínimo para el Depósito Fiscal, acabe suponiendo un coste económico infinitamente mayor, un daño importante en su reputación e incluso el cierre de la actividad.

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