Una vez superada la fase de implantación de un ERP nos entra la duda de si debemos o no contratar el servicio de mantenimiento que nos ofrece la empresa implantadora. Un gran número de veces se decide a favor por inseguridad en los primeros pasos, para sentirse arropado y siempre procurando negociar a la baja el precio de este servicio.

Sin embargo el precio no es la única variable y podemos equivocarnos mucho en cuanto a la rentabilidad del servicio contratado si no valoramos bien lo que incluye.
- ¿Se encargará de brindarnos actualizaciones permanentes para que el ERP no quede desfasado ante requerimientos legales o técnicos? ¿Estarán incluidos en el precio?
- ¿Nos proporcionará una atención rápida y precisa cuando tengamos dudas ante el funcionamiento del ERP? ¿Nos atenderá alguien que conozca bien la herramienta y las características específicas de nuestra empresa sin hacernos perder tiempo?
- ¿Detectará puntos de mejora ante cambios en nuestro modelo de negocio y nos propondrá soluciones? ¿Nos acompañará ante los cambios que puedan aparecer en nuestro sector?
- Que nos empuje ofreciendo mejoras. Si los desarrollos realizados para otros clientes se incorporan en las actualizaciones que se nos ofrecen recibiremos un impulso superior al que conseguiríamos solos.
No solo es lo que pagas, es necesario calcular la tasa de retorno del servicio para evaluar el mantenimiento.